- Especialistas de la CAS advierten sobre riesgos ambientales y sanitarios del Procamburus clarkii.
- El Langostino Rojo representa una amenaza tanto para el medio ambiente como para la salud humana, ya que es portador de Platelmintos y otros virus dañinos.
El doctor Luis Emilio Atuesta Correa, funcionario especializado adscrito a la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) y experto en medicina veterinaria y zootecnia, habló sobre la especie invasora conocida como Procamburus clarkii, comúnmente llamada Langostino Rojo o Cangrejo Rojo, detectada por primera vez en el departamento de Santander, específicamente en una laguna en el municipio de Villanueva hace ya algunos meses.
La langosta o cangrejo rojo americano mide entre 10,5 y 12 centímetros y cuenta con un peso que oscila entre los 35 y 56 gramos. Tiene un cuerpo cilíndrico que en los adultos es de color rojo oscuro, aunque algunos pueden presentar distintos matices de color café. Posee una alta fecundidad, llegando a poner entre 200 y 500 huevos. Tolera bajos niveles de oxígeno disuelto, altas temperaturas y resistencia a periodos prolongados de sequía o frío. Tiene un comportamiento territorial y es agresiva con su propia especie. Está bien adaptada a la secuencia anual de inundaciones en primavera y sequía de verano
Hasta el momento, este especímen de la especie invasora es la única encontrada en la región, aunque el experto advierte sobre la posibilidad de que se encuentren más ejemplares. Esta especie está catalogada como invasora porque no es endémica de esta región, sino que fue introducida por el ser humano con fines comerciales. A la fecha, la CAS no ha registrado la presencia de Langostino Rojo en el Río Fonce.
El Langostino Rojo es considerado peligroso y perjudicial tanto para el medio ambiente como para la salud humana, debido a que son portadores de Platelmintos, conocidos también como gusanos planos, así como otros virus que pueden afectar directamente el sistema nervioso central de las personas, con graves consecuencias para la salud. Por estas razones, se desaconseja consumir esta especie de cangrejo.
Según el Instituto Humboldt, su presencia altera los ecosistemas y puede afectar especies nativas como el cangrejo sabanero, ya que además de competir por territorio es vector de un hongo que devasta a la fauna; “Por ejemplo, al no existir enemigos naturales, sus poblaciones suelen aumentar exponencialmente, compitiendo así con las especies nativas por recursos como alimento, agua y espacio. Esto genera en algunos casos una presión tan fuerte que fácilmente pueden llevar a la extinción de los animales y plantas que han estado millones de años en estos ecosistemas”, aseguró en un artículo investigativo, Jhon Cesar Neita, investigador líder de la colección de entomología del Instituto Humboldt
Además, su presencia representa un problema adicional debido a la reducción de plantas acuáticas y al deterioro de las orillas de los cuerpos de agua, provocado por la excavación que realizan para anidar. “Estos crustáceos tienden a colonizar grietas y paredes de lagunas, lo cual provoca procesos erosivos y sedimentación, aumentando el riesgo de deslizamientos de tierra”, advirtió Lisseth Viviana Cañas, Biologa de la Corporación.
La CAS y su equipo de expertos continúan monitoreando de cerca la situación para evaluar el impacto ambiental y tomar medidas preventivas necesarias, además hace un llamado a la comunidad para informar sobre la presencia de este animal y abstenerse de tocarlo o manipularlo debido a los riesgos mencionados anteriormente.
Contexto en Colombia:
El cangrejo rojo americano fue introducido en Colombia en 1985, cuando fue permitida la expedición de un registro sanitario como especie experimental para cultivo en Valle del Cauca.
Aproximadamente 395 especies invasoras de animales, entre invertebrados y vertebrados acuáticos y terrestres, hacen presencia en el territorio nacional. Así lo revela el Registro Mundial de Especies Introducidas e Invasoras (GRIIS por sus siglas en inglés).