En Colombia, la demanda interna de madera es cercana a los 5 millones de m3 al año. La mitad de esta madera (2,5 millones de m3) se comercializa ilegalmente.
Las autoridades decomisamos en promedio 35 mil metros cúbicos de madera extraída ilegalmente de los bosques. A partir de ahí, empiezan a correr los tiempos del proceso sancionatorio que, de acuerdo a la norma, pueden durar hasta 22 años para declarar el decomiso definitivo.
En la jurisdicción de la CAS, cada año decomisamos cerca de 500 m3 de madera, principalmente de móncoro, cedrillo, ceiba, higuerón, caracolí, cedro y sapán, que además del daño al ecosistema y su biodiversidad, ponen en riesgo de amenaza de extinción algunas especies de madera endémicas de la región.
“Para fortalecer la respuesta institucional frente a este desafío ambiental, además de las acciones de control, reforestación y educación, la CAS diseñó un proyecto denominado “La Madera Vuelve a Casa”.
Se trata de devolverle a los ecosistemas, parte de esta madera que se les extrajo ilegalmente, pero transformada en forma de “casas de abejas” para promover la polinización y renovación de los bosques”, informó el director general de la CAS, ing. Alexcevith Acosta Sánchez.
Las abejas promueven la polinización cruzada, que también cumple un papel relevante en la reproducción de cultivos y en la calidad de sus frutos.
“Además de este acto simbólico de “justicia con nuestros bosques”, con la entrega de estas casas de abejas a las familias campesinas, aportamos a su economía, a través del fomento de apicultura de especies “Meliponas y Apis”, concluyó Acosta Sánchez.
El proyecto se desarrolló como un piloto, que transformó cerca de 200 metros cúbicos de madera decomisada en las primeras 1000 casas para entregarlas a familias de 11 municipios de la jurisdicción: (Simacota, Aratoca, Socorro, Confines, Hato, Mogotes, Oiba, Palmas del Socorro, Paramo, Suaita y Valle de San José).
Desde ya se proyecta la segunda fase que comprende la fabricación de 10 mil casas de abejas.
Por, Andrea Muñoz Calderón